Sansa simplemente asintió y se metió en el armario. Tyrion gritó como loco mientras iba por los pasillos “Sansa Stark ha huido de palacio insensatos. Buscadla". Tyrion no iba a permitir que la joven muchacha viviese amargada allí y más como su esposa. Poco después, Sansa escuchó la puerta y se quedó muy quieta.
-Lady Sansa, ya podéis salir de ahí. Todos los guardias del palacio os buscan así que es vuestra oportunidad para escapar.
- Sansa sale de allí y se estira el vestido. Todavía llevaba la capa puesta, eso le ayudaría- Gracias Lord Tyrion, no tenéis porque hacer esto y aún así lo haceis.
-No me lo agradezcais Lady Sansa. Sois todavía joven para casaros con alguien como yo. Vos tenéis 16 días del nombre y yo casi 40. Se os echará de menos en palacio lady Sansa, pero lo primero es vuestra felicidad. Venga iros ya antes de que me arrepienta.
Sansa asintió y salió de su habitación. Caminó con rapidez por los pasillos de palacio hasta llegar a la parte del jardín a la que nadie había llegado y salió por donde había entrado horas antes. Y se fue de aquel palacio que el que había sufrido tanto.
En ese momento no pensaba en otra cosa más que en correr. El plan de Tyrion había dado resultado y Sansa pudo escapar de palacio pero ahora si que corría peligro. Desde hacía unas cuantas calles, un pequeño grupo de hombres pobres la estaban persiguiendo. Otra vez se repetía la historia de hacía dos años y ahora no tenía a Sandor cerca para que la salvase. Continuó corriendo pero su vestido lo dificultaba. Se sacó la capa y la dejó caer, eso la ayudaría un poco pero no le sirvió de nada. Unas calles más adelante lograron atraparla. Lograron inmovilizarla en el suelo, aunque les había costado un poco por la resistencia que había opuesto Sansa. Tuvieron que dos de ellos sujetarle las piernas y otros dos los brazos.
-¡Soltadme, no os he echo nada! -Sansa comenzó a gritarles y a removerse para zafarse de su agarre-
-Pequeña zorra no estáis en condiciones de decirnos nada -le susurró uno de ellos acariciando la mejilla de Sansa con el dorso de la mano- Somos cinco y vos solo sois una.
No soportaba que la tocasen de esa manera y menos que la llamasen zorra. Sansa intentó gritar pero uno de ellos le tapó la boca con la mano. Sansa le mordió y consiguió gritar un "ayudadme" antes de que la golpeasen contra el suelo. Del golpe habían echo que se cortase en la parte superior de la cabeza y comenzó a sangrar. Asustados por haberla asesinado, huyeron por donde habían venido.
Ese grito... a Sandor se le hacía muy familiar. Se quedó pensando unos instantes hasta que se dio cuenta, ¡era su pajarito y estaba en peligro! Tan rápido como pudo se levantó de la silla de aquella taberna y se apresuró al lugar de donde provenía el grito. Pero llegó tarde, cuando llegó, vio a su pajarito tendido en el suelo con los ojos cerrados. Se puso de rodillas a su lado y con mucho cuidado la cogió en brazos.
- Por favor pajarito, dime que no estás muerta. No podría vivir sin ti.
Pero su pajarito no respondía. Estaba inmóvil, con sus bellos ojos azules cerrados. Sandor se puso en pie y se apresuró a llevarla a la casa en la que había vivido en su estancia de Desembarco. La puso con suavidad sobre la cama de la casa y rompió su capa para limpiar la sangre del pajarito. No podía abandonarle, no ahora que había reunido el coraje suficiente para volver a por ella. Mientras lo hacía, escuchó a un grupo de hombres en la calle...

